Seedorf, en Botafogo, el Burrito Martínez, en Corinthians, y Forlán, en Inter, son algunas de las estrellas que llegaron, pero hay muchas otras que se mantienen.
Es una de las galaxias más grandes del fútbol mundial. En este 2012 y por algunos años, gracias a una saludable economía, todo indica que las estrellas no se apagarán por un buen tiempo. Y aún más, podría hacerse cada vez más grande. El fútbol brasilero goza de buena salud. En esta temporada, habrá un grupo enorme de estrellas de las que no se acostumbran en Sudamerica.
Todo está sostenido en base del dinero, por supuesto. Los sueldos son la causa principal por la que los jugadores eligen no sólo llegar, sino también quedarse. A eso se le agrega el buen clima y la seducción por competir en una liga más que competitiva.
Entre las estrellas que llegaron se destaca Seedorf, en Botafogo, el Burrito Martínez y Paolo Guerrero, en Corinthians y Diego Forlán, en Inter (cobrará 205 mil dólares mensuales), entre otros. A esos jugadores se le suman los que se quedaron, pese a tener ofertas en otras ligas: Neymar, gana 1,5 millones de dólares por mes, D´Alessandro (en el Inter, con un sueldo de 225 mil), Deco y Fred (del Fluminense) y Ronaldinho (de Atlético Mineiro).
Además, podrían agregarse Pablo Mouche, quien tiene oportunidades de pasar al Cruzeiro, y aún se mantiene el misterio de Riquelme, aunque hoy se conoció que el Flamengo no lo pretende. Vincent Malouda, campeón de la Champions League con el Chelsea y titular en la Selección de Francia, podría llegar al Santos. Pero hay una clave para entender el momento del fútbol brasilero: los jugadores de otros países toman muy en serio la oportunidad de pasar a esta liga, cuestión que antes no pasaba.
Pero, además de los jugadores consagrados, hay una base de jóvenes que prometen y le dan vitalidad: Oscar, de Inter, Lucas Moura, de San Pablo, Leandro Damiao, de Inter, Casemiro, de San Pablo y el propio Neymar, de Santos.
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