Los empleados de la Ciudad Deportiva no trabajan por una deuda salarial. El Ciclón, que no tiene refuerzos, practica a puertas cerradas.
No le falta nada a San Lorenzo. Cuando parecía que el envión anímico de la permanencia en Primera podía impulsarlo, pareció más un efecto contraproducente. El equipo que preside Carlos Abdo pasa por un momento futbolístico malo, sin incorporaciones y con varios jugadores que se fueron, pero mucho peor está institucionalmente. Hoy, en el entrenamiento a puertas cerradas en el estadio, los jugadores se entrenan con su propia ropa por un paro de empleados.
Los utileros, la gente de lavandería y demás trabajadores se acoplaron a la medida de los trabajadores de Ciudad Deportiva, por lo que ayer los jugadores tuvieron que ocuparse de agarrar la ropa, las pelotas, los conos y el resto de los elementos para entrenar. Hoy, la historia es la misma.
No hay refuerzos y la situación con algunos jugadores del plantel es compleja. Juan Manuel Salgueiro no se presentó en lo que va de entrenamientos porque no quiere seguir en el club. Además, Alvarado y Botinelli tampoco practican porque sus contratos están vencidos. Por otro lado, hay varios que se pueden ir, como Migliore, una de las piezas clave del equipo de Caruso.
Lo que iba a ser la inmersión de Marcelo Tinelli para ayudar al club es un proyecto que por ahora está parado, con cierto malhumor del conductor por la poca estabilidad de la institución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario