A los 18 años, saltaba a la cancha con la camiseta de Estudiantes de La Plata.
Corría el 5 de julio de 1992, se enfrentaban San Lorenzo y el Pincha. En un partido que terminó igualado 0 a 0, hizo su debut este goleador de película: Martín Palermo.
Éste fue el único encuentro que jugó en el campeonato el Titán. La falta de continuidad hizo que se demorara la llegada del primer grito, algo que finalmente ocurrió el 22 de mayo de 1993, frente a San Martín de San Juan.
Tras seis temporadas en el conjunto platense, el delantero se fue a Boca, donde con a base de goles, títulos y sacrificio se transformó en ídolo. Luego dio el salto a España, donde jugó en el Villarreal, pasó al Betis y hasta llegó a vestir la casaca del Deportivo Alavés.
Cinco años después de su partida al viejo continente, el goleador volvió al Xeneize y siguió ganando títulos y rompiendo récords, hasta transformarse en el máximo goleador del conjunto de la Ribera. En 2010, tocó su techo: integró el plantel de la Selección argentina en el Mundial de Sudáfrica, en donde frente a Grecia pudo marcar un gol.
Un gigante que, un día como hoy, comenzó a dar sus primeros pasos.
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