Dicen que los goles que no se hacen en un arco terminan convirtiéndose en el otro. Algo de eso habrá pensado Falcioni y todo Boca, tras el agónico empate por 2 a 2 ante Atlético Rafaela. El Xeneize jugaba bien y fue más que la Crema, pero falló en la definición y lo pagó caro. Al final, casi de milagro, se le dio un empate dulce. Aunque fue tacaño como para ganarlo, logró un punto importante que lo deja en la punta con Newell´s, con 25 puntos.
Boca jugó un primer tiempo casi a la perfección. Tuvo ritmo y volumen de juego. Le sobraron situaciones de gol y manejó la pelota. Mouche, a los 30 minutos, abrió el marcador tras una definición extraña que complicó al arquero Sara con el pique. Antes, Blandi, que tuvo una noche para el olvido, había perdido dos mano a mano.
El segundo tiempo arrancó de manera inmejorable para el Xeneize. Maglio le otorgó un correcto penal tras una mano en el área. Pero Blandi lo pateó sin demasiada convicción y Sara le adivinó el palo. Fontanini, pocos minutos después, llegó al empate tras un buen cabezazo. Fue un golpe casi de KO para Boca.
Falcioni decidió recluirse más que ir a buscarlo (sacó a Paredes, un jugador ofensivo, y puso a Ruiz, defensor sin proyección) y sufrió muchísimo. El equipo se estancó y no mostró intenciones de buscarlo. Gandín, de penal, puso el 2 a 1 pero Blandi, con una gran chilena, marcó el empate en el último minuto. Habrá polémica en la semana por los minutos adicionados de Maglio (dio cuatro y el tanto del empate llegó a los seis).
Sólo sobre el final del torneo se sabrá si el punto sirve. Pero quizás haya quedado una enseñanza para Boca y Falcioni: para salir campeón hay que querer ganar en todo momento.
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