Le ganó 2 a 0 a Colón, con goles de Burrito Martínez y Augusto Fernández. El equipo de Gareca jugó varios partidos con suplentes, con la mira en la Libertadores.
El dilema volará por la cabeza de cada integrante del plantel, cuerpo técnico e hinchas de Vélez. ¿Y si el equipo se hubiera dedicado exclusivamente al torneo local? Lo cierto es que el Tigre Gareca apostó todo a la Copa Libertadores y dejó de mirar el Clausura. Al final, se quedó con las manos vacías. Hoy, con lo mejor que tiene, demostró que estaba para cosas serias. Le ganó 2 a 0 a Colón, con goles del Burrito Martínez y Augusto Fernández, y quedó a cinco unidades de Boca.
Tiene una jerarquía distinta al resto de los equipos del fútbol argentino, comparable sólo a la de Boca. Desequilibra con las llegadas de Papa, los desbordes de Augusto, el desequilibrio del Burrito Martínez y los goles de Obolo. Tiene un gran equipo. En la primera parte lo demostró. Fue mucho más que el Sabalero y no llegó a abrir el marcador porque los delanteros no estuvieron finos.
En el complemento llegaron los festejos. El Burrito Martínez, a los cinco, le dio tranquilidad al Fortín con una definición en el área. Con la ventaja, el equipo de Gareca sacó a relucir lo mejor de su juego ante un rival que tiró centros forzados y no hizo mucho más. No corrió peligros y estiró el marcador con una buena contra que terminó en el tanto de Augusto Fernández.
Se recuperó del duro golpe en Brasil, cuando perdió por penales ante el Santos y quedó afuera de la Copa Libertadores. Pero no habrá demasiado para reprocharse: Vélez fue honesto con su situación. Arriesgó, algo que hacen pocos. No le salió, pero por lo menos demostró ser distinto.
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