El 28 de agosto de 2004, en Atenas, las Selecciones de fútbol y básquet consiguieron su primer oro Olímpico. Además, el equipo de vela ganó el bronce.
Hubiese sido impensado un día tan perfecto para el deporte argentino, como aquel sábado 28 de agosto. Tres equipos nacionales cerraron la jornada a puro festejo: los de fútbol y básquet, que consiguieron la medalla de oro, y los de vela, que alcanzaron la de bronce.
La primera alegría llegó de la mano de los dirigidos por Marcelo Bielsa. Con gol de Carlos Tevez, Argentina le ganó 1 a 0 a Paraguay y festejó el único título que le faltaba en fútbol.
Tres horas más tarde, los que celebraron fueron Carlos Espínola y Santiago Lange, que obtuvieron la presea de bronce en vela, en la clase Tornado.
Y para cerrar la alegría, la Generación Dorada terminó de concretar la utopía: luego de eliminar a Estados Unidos en semifinal, venció por 84-69 a Italia en el encuentro decisivo. Tan merecido como increíble.
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