Le ganó 2 a 1 a la Academia y avanzó a la siguiente rueda. Jugará ante el ganador de Cerro Porteño-Mineros.
Sacó pecho en una parada que parecía complicada. No tuvo problemas ni se achicó. Colón le ganó 2 a 1 a Racing en el Cilindro de Avellaneda y se clasificó a la siguiente rueda de la Copa Sudamericana, donde se medirá ante el ganador del cruce entre Cerro Porteño y Mineros.
Habrá que prestarle verdadera atención al equipo de Sensini, puntero del torneo local. Resistió la tormenta de los primeros minutos, cuando Racing salió a jugar con furia y causó verdaderos destrozos. Cámpora, cuando no se habían jugado más de diez minutos, abrió el marcador y llenó de ilusión a los hinchas de la Academia. Pero el hechizo terminó rápido. El equipo de Zubeldía se quedó sin pólvora, sin energía.
En la segunda parte, Colón metió el trámite del partido en la heladera. Tocó la pelota en el mediocampo y no se metió atrás. Casi no sufrió en ningún momento. Aún más: después del gol de Gigliotti, cuando faltaban quince minutos para el final, disfrutó como no lo tenía pensado. Moreno y Fabianesi, con un gran remate desde afuera, liquidó el partido y la serie.
Lo borró, le dio un golpe de nocaut casi sin despeinarse y ratificó su buen momento en el torneo local en el plano internacional. Colón sacó pecho de gran equipo. Jugó como se debe hacer para aspirar a cosas grandes.
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