El único gol del partido lo hizo Román Martínez. ¿El trámite? Aburrido.
Jugaron a mil por hora y aburrieron. Estudiantes, con muy poquito, le ganó a San Lorenzo 1 a 0. Hubo muchas imprecisiones: fue un partido trabado, donde reinó la mediocridad y la falta de criterio para hilvanar, al menos, cinco o seis pases seguidos. Salvo el gol de Román Martínez, ninguno de los dos equipos generó oportunidades para ampliar el marcador.
Ambos venían de un comienzo de torneo irregular. El Cuervo había igualado ante Belgrano en Córdoba, en un partido también aburrido y poco seductor. Estudiantes había perdido con River en su casa, y necesitaba con urgencia volver a sumar de a tres. Tanta era la necesidad que el nerviosismo y la poca claridad se hizo presente en el Bajo Flores. El Pincha fue apenas mejor que su rival en el primer tiempo: por momentos manejó la pelota, aunque le faltó profundidad para generar daño.
Juan Mercier, importante para San Lorenzo en el medio, tuvo la más clara con un zurdazo que se fue cerca del arco custodiado por Justo Villar. En el complemento el partido se hizo de ida y vuelta, pero con las características de la primera mitad: imprecisiones, muchas faltas y poco criterio para saber manejar la pelota. Estudiantes intentó, por el sector derecho de la defensa local, lastimar y llegar al área custodiada por Pablo Migliore y compañía.
A los 33 llegó un gol de otro partido. Román Martínez se coló en el área y aprovechó un error defensivo de San Lorenzo para vencer a Migliore. En los papeles, Estudiantes hizo más. Lo cierto es que el partido fue mediocre y aburrido. Son tres puntos de oro para el Pincha, que sumó su segunda victoria en el torneo. San Lorenzo, por su parte, tendrá que mejorar muchísimo si quiere pelear arriba.
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