Fue 0 a 0 en Avellaneda, pero le alcanzó por haber convertido en la Bombonera.
Independiente hizo negocio. Allá, en la Bombonera, consiguió un 3-3 que hoy festeja. Claro, con el empate se metió en la próxima fase de la Copa Sudamericana. Boca tuvo chances para ganarlo, pero no estuvo fino en la definición. Festeja una parte de Avellaneda. El Tolo Gallego estuvo en los palcos y miró atentamente los 90 minutos.
Aburrido. La nada misma. Boca e Independiente prometían muchos goles como en el partido de ida, pero se quedaron en promesas y viejos recuerdos. No estuvieron a la altura de un partido importante, donde se jugaban la clasificación a la próxima ronda de la Sudamericana. En la primera mitad el Xeneize tuvo las mejores con Santiago Silva, pero no fue eficaz. Del Rojo, poco y nada.
En el segundo tiempo ingresó Lautaro Acosta en Boca, y eso fue una bocanada de aire fresco para el doble nueve que formaron Silva y Lucas Viatri. El exdelantero de Lanús estuvo rápido, preciso y le generó más de un dolor de cabeza a la defensa de Independiente. No sólo eso: también generó la expulsión de Tuzzio, y un tiro libre que casi termina en gol del Tanque.
Boca, sin ideas, fue por el gol. El gol que necesitaba para clasificarse. Lo tuvo Silva de cabeza, pero la pelota se fue apenas afuera. Falcioni metió al pibe Leandro Paredes para generar juego. De la otra vereda, poco. Independiente tenía ráfagas, y eran conducidas por Vidal en el sector izquierdo. Somoza tuvo una oportunidad única: cabeceó sólo ante Hilario Navarro, pero se fue lejos. Insólito.
Hoy, Boca paga caro los errores en la Bombonera. La semana pasada parecía tener cocinada la serie, pero Farías arruinó la fiesta y el empate de hoy le sirvió al equipo de Avellaneda para seguir con vida en la Copa.
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