miércoles, 1 de agosto de 2012

El Basquet argentino también perdió




Fue victoria de Francia por 71-64 en el segundo partido del equipo de Julio Lamas en los Juegos Olímpicos.
Difícil, muy difícil. Una lucha donde Argentina corrió de atrás siempre. Francia pisó fuerte. El objetivo próximo es claro: ganar los próximos dos partidos para meterse en cuartos de final.
De la mano de Seraphin y Nicolas Batum, Francia sacó una buena ventaja en el primer cuarto. Luis Scola y Carlos Delfino no estuvieron cerca del nivel que demostraron el domingo ante Lituania. Los números eran claros y certeros: los galos eran mejores y lo demostraban en el resultado. 19-10 indicaba el tablero al término de los primeros 10 minutos.
Argentina logró igualar la historia gracias a las buenas intervenciones de Manu Ginóbili, que rompió y penetró la defensa francesa cada vez que tuvo la oportunidad. A diferencia del primer partido Carlos Delfino no estuvo fino en tiros de tres puntos, y el equipo sintió el golpe ante cada intervención de Seraphin en la zona pintada. Apresurado y sin ideas. Así Argentina intentó e intentó de tres y falló constantemente. Sin embargo, la puerta estaba abierta: con un rendimiento no tan bueno, aún así estaba muy cerca de igualar el marcador con Francia. 29-32 abajo al entretiempo.
El equipo de Lamas tuvo muchos problemas para definir en zona. Aún así, luchó mucho y sufrió un desgaste muy importante en lo físico. Por la importancia del partido, los cambios duraron poco tiempo. El partido seguía parejo, pero cada vez que Argentina lograba alcanzar a Francia, el conjunto galo lograba escaparse gracias a los triples. En esa materia, seguía la cuenta pendiente de Carlos Delfino. Vital, como casi siempre, Manu Ginóbili: fue el líder y el guía del equipo. 55-53 abajo al final del tercer cuarto.
Palo y palo. Como durante todo el encuentro, Francia estuvo arriba en el marcador: un paso argentino significaba dos del conjunto galo. El golpe de KO fue a cinco minutos del final, cuando la ventaja se llegó a estirar a ocho puntos. No hubo marcha atrás. Los continuos intentos de triple de Prigioni, que jugó casi todo el partido, eran en vano. El desgaste ya era evidente: se jugó a un alto ritmo y ante una defensa muy fuerte y potente. Fue 71-64 para Francia.

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