Ganó por 102 a 79, en el primer partido de los Juegos Olímpicos de Londres. El martes, el segundo encuentro, ante Francia.
Pasaron por la clínica de rejuvenecimiento. El promedio de edad es de más de 30 años, pero hoy parecían unos pibes. Fueron puro corazón y aplastaron a una Selección con la que, a priori, se estaba parejo en el nivel. La Argentina jugó un partidazo ante Lituania y le ganó por 102 a 79 en el primer partido del Grupo A de los Juegos Olímpicos de Londres. El martes, el segundo partido, ante Francia.
Salió todo bien. Superó la barrera de los 100 puntos y fue la mejor producción de cualquier seleccionado que se haya presentado en las dos jornadas de los Juegos. El equipo de Julio Lamas hizo chico a un rival que estaba más o menos a la misma altura, con el que se podía ganar o perder. Tras la brillante actuación, la Argentina enterró algunos baches de los amistosos previos e ilusiona. Por qué no.
No sufrió en el poste bajo, tampoco en la defensa. Cuando tuvo que apretar ofensivamente, aparecieron las individualidades y el juego colectivo. Delfino, en la línea de tres, estuvo intratable. Manu Ginóbili, con 21 puntos, atacó y penetró el aro como cuando tenía 20 años. Scola sacó a relucir su actitud protagónica y la rompió. El resto de las piezas ajustó una maquinaria que funcionó a la perfección.
Hubo juego, solidaridad y brillantez. El equipo de Lamas sacó a relucir lo mejor de su ADN ganador. El martes, se enfrentará a Francia, otro duro rival con el que se puede ganar o perder. Pero, con estos jugadores, qué difícil es no ilusionarse.
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