Batistuta se agarraba la cabeza mientras reía, Sensini lo gritaba como loco y Chevantón pateaba el banderín con furia. En Colón, la victoria se sufrió, y fue un desahogo grande. Le ganó 1 a 0 a un tibio Lanús, que se acostumbró a presentar dos caras, una en la Copa Libertadores y otra en el torneo local, donde está último junto a Olimpo y Atlético Rafaela, con siete unidades.
Llegó de carambola a la victoria porque por el lado del buen juego se le hizo imposible. El Sabalero hizo un flojo partido y no obligó casi nunca al rival, que parecía conforme con el empate. El ingreso del Bichi Fuertes pareció obligar mucho más a la defensa del equipo de Schurrrer, que se acostumbró a gozar en la copa (primero y casi clasificado a los octavos de final) y sufrir en el Clausura.
El uruguayo Darío Chevantón, que hasta hace unos meses era insultado, convirtió su tercer gol consecutivo, tras luchar en el área, conseguir un rebote entre dos defensores y sacar un buen remate, cuando faltaban cinco para el final. La victoria fue más que festejada en Santa Fe. Será, quizás, una buena forma de relanzarse. Plantel y jugadores para pelear no le faltan.
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