martes, 10 de abril de 2012

Un empate que no le sirve a ninguno



Había cansancio físico pero en la imposición psicológica parecía estar la clave: Racing y San Lorenzo tuvieron miedo a perder y no se desesperaron por ganar el partido. Especularon, hicieron lento todo (aunque el local siempre quiso más) y se fueron con un empate por 1 a 1 que pareció no ser un resultado desagradable para ninguno de los dos, aún cuando el hecho de no ganar significaba, en la teoría, la salida del DT de la Academia, Basile.
Se respiraba tensión en el Cilindro de Avellaneda. El apoyo de la gente de Racing a su DT le agregó un condimento picante al clásico explosivo: la gente se mostraba del lado del Coco y no de los jugadores. Pero la Academia salió mejor y hasta los 42 minutos de la primera parte fue mejor. Matías Martínez, a los 32, puso el 1 a 0, de cabeza. Con más ritmo y agresividad, presionaba a un San Lorenzo desorientado y sin plan.
Hasta que apareció Gigliotti. El delantero, que no era tenido en cuenta por Madelón, puso el 1 a 1 y el partido tomó otro rumbo. San Lorenzo se animó un poco más (no demasiado) y terminó mejor la primera parte, con algunas situaciones de gol.
En el complemento, sólo Racing tuvo ganas de ganar, aunque por momentos pareció demasiado tibio (Teo y Gio parecen ser dobles de los que supieron brillar). Contó con algunas situaciones de gol, especialmente por su jugador ofensivo más peligroso, Lucas Castro, pero no se desesperó por llevarse los tres puntos. Fueron 45 minutos tediosos, con un juego pobre y limitado por todo lo que se jugaban los dos.
Se los devoraron los nervios. La parada pareció ser demasiado brava para ambos y no arriesgaron más de la cuenta. Caruso, que debutó en el Ciclón, había reconocido que el punto les servía y pareció conforme. En Racing, por el otro lado, mientras su entrenador estaba al borde del infarto, no hubo un equipo con ganas de ganar o ganar. Al final, los dos tuvieron demasiado miedo a perder.

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