Contundente y esperado. Así fue el triunfo de Rafael Nadal ante Novak Djokovic en la final del Masters 1000 de Montecarlo. Muy esperado. Porque el español había perdido en las últimas siete presentaciones ante el número 1 del mundo. Tenía una espina clavada, y hoy se la sacó con una paliza por 6-3 y 6-1.
Rafa se impuso con autoridad, jugando un buen tenis, y marcando el ritmo del partido ante un Djokovic que nunca pudo encontrarle la vuelta, y que terminó resignado ante la superioridad de su rival.
De esta manera, Nadal sumó su 20º título en un Masters 1000, y se convirtió en el máximo ganador de este tipo de torneos (Roger Federer tiene 19). Y consiguió el 47 de su carrera profesional.
El número 2 del mundo necesitaba una cuota de confianza ante su verdugo de los últimos tiempos, y mentalmente ganó el duelo desde el comienzo. Esta vez se sacó de encima los traumas que venía arrastrando, y le dio una paliza tenística.
Nadal liquidó el primer set con un 6-3 que no dejó dudas, quebrando dos veces el servicio de Nole, y en el segundo set lo aplastó. Se puso 4-0 rápidamente, pero Djokovic tuvo una pequeña reacción y le quebró el saque por primera vez en el quinto game. Sin embargo, el mallorquí lo cerró con un 6-1 que no admite demasiado análisis.
Así, Rafa consiguió la sexta victoria en finales ante el tenista serbio, y se dio el gusto de volver a ganarle luego de 18 meses, ya que la última vez había sido en el US Open 2010.
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