Igualó 0 a 0 ante San Martín de San Juan, en el Gigante de Arroyito. El domingo, la revancha, con ventaja deportiva del equipo de Sava.
Hizo todo bien menos la parte más importante: hacer goles. Rosario Central generó situaciones, fue superior y manejó casi todo el partido, pero no supo marcar. Y lo pagó. Empató 0 a 0 ante San Martín de San Juan, en el partido de ida de la Promoción. El domingo, la revancha.
Como ocurrió con Instituto, Central es un equipo que terminó mal el torneo de la B Nacional y que no parece todavía recompuesto. El Gigante de Arroyito, otra vez, pareció jugarle más en contra que a favor por la presión llena de desesperación que ejerció su público. El conjunto de Juan Antonio Pizzi tuvo volumen de juego y por momentos metió a su rival en un arco pero no supo definir
Castillejos, goleador del torneo con 26 tantos, estuvo errático como pocas veces. El arquero de San Juan, Ardente, fue una de las figuras de la cancha. Toledo, otro con características de goleador, no anduvo. Después de los 25 minutos del complemento y la cantidad de oportunidades desperdiciadas, se sintió como una especie de rendimiento. Si no había entrado hasta ahí, ya no había forma.
Se verá seguramente un partido cerrado el próximo domingo, en San Juan. De esos encuentros en los que se termina de resolver la situación en los detalles. Claro que San Martín tendrá ventaja deportiva y Central estará obligado a ganar. Se entiende, así, la desesperación y frustración de la gente Canalla por un resultado que no sirvió.
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