Es el rey del básquet argentino, no hay con qué darle. Saca diferencia sobre el resto, domina, se divierte. Peñarol de Mar del Plata se consagró campeón de la Liga Nacional de básquet tras vencer a Obras por 75 a 56, en el sexto juego de la serie. El Milrayitas consiguió el tercer campeonato consecutivo de la mano de un grupo de jugadores de enorme prestigio y potencial y de un entrenador ganador como pocos: Sergio Hernández, que consiguió títulos dos veces con Estudiantes, una con Boca y además del tri de hoy logró la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Pekín con la Argentina.
Terminó sin suspenso. En el último cuarto, David Jackson, MVP de la final, se visitó de héroe. En llamas, metió todo lo que tiró para terminar con un marcador de 23 puntos. No le faltó compañía: Gutiérrez estuvo fino para meter los triples y Campazzo se mostró picante para atacar al aro y organizar los ataques.
El público amante del básquet tendrá que rendirse y ponerse de pie ante la gran serie final que ofrecieron Peñarol de Mar del Plata y Obras. Fue digna de un deporte en pleno crecimiento, que no le envidia nada a muchas ligas de otros lugares del mundo. Pero fue el Milrayitas el que sacó pecho. Es un resultado de un proyecto coherente, de un equipo que tiene todo planeado, que no improvisa.
Con este título, Peñarol llegó a las cuatro Ligas, por delante de Boca y Ferro, que tienen tres. Atenas, con nueve, sigue siendo el más ganador.
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