En el estadio de Villa Dálmine había más de 10 mil personas. Era una señal a la que valía la pena prestar atención: un equipo con la capacidad de mover tanta gente no merece jugar en la Primera C. Hoy, tras más de 15 años de sufrimiento para sus hinchas, el Violeta se consagró campeón y logró el ascenso a la B Metropolitana, tras vencer por 2 a 1 a Talleres de Remedios de Escalada.
Tenía la obligación de ganar. Llegaba con 68 unidades, dos más que su seguidor, UAI Urquiza. Y no falló. Fue victoria por 2 a 1 ante Talleres de Escalada, con goles de Raúl Pérez y Gastón Sánchez. Tuvo 10 minutos de sufrimiento. Entre los 15 del primer tiempo y los 25, empataba 0 a 0 y sabía que UAI le ganaba a Excursionistas por 1 a 0. Con ese resultado, hubieran ido a un desempate. Al final, al equipo de Walter Otta (ex jugador del club) se sacó de encima rápido la presión, con un tanto a los 25. Y se desató la fiesta.
Hasta llegó a cambiarse de nombre. A mediados de la década del 90, pasó de Villa Dálmine a Atlético Campana, con la intención de que la gente emparentara al equipo con el nombre de la ciudad. Ni Pedro Troglio, Roberto Monserrat, Raúl Cardozo, Mario Pobersnik y José Basualdo lograron ascenderlo, cuando conformaron un equipo de estrellas para la categoría, en el 2002. La última temporada en la B había sido en la 96/97, cuando sumó 31 puntos entre el Clausura y el Apertura y descendió junto a Midland.
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