Después de un aburrido 0 a 0 en los 90 minutos, el equipo de Alfaro ganó 4 a 3.
El partido podía seguir unos cuantos minutos más, pero la historia igualmente iba a terminar 0 a 0. Catamarca recibió con mucha expectativa a ambos equipos, pero tal vez podrían devolverle la plata de la entrada a la gente. Fue un pésimo encuentro, donde el campeón de la Supercopa argentina se definió desde los penales. Ahí,
Fue todo tan malo y aburrido... Boca y Arsenal dejaron mucho que desear. Estos dos equipos, que hace unos meses gritaban campeón, hoy demostraron un rendimiento pobre. El equipo de Falcioni, en apenas unos días, cambió muchísimo: de ganarle bien a San Lorenzo a volver con los mismos problemas conceptuales del juego que viene sufriendo en estos meses. Los de Alfaro manejaron con un poco más de criterio la pelota, pero les faltó picardía y claridad para lastimar. Carbonero, en la mejor del primer tiempo, estrelló un remate al travesaño.
Leandro Somoza, que volvió a la titularidad, continuó con su costumbre: regalarle la pelota al rival. Al pibe Paredes lo marcaron bien, y cuando tuvo la pelota no fue criterioso para decidir. Lo mismo ocurrió con Pol Fernández y Erviti. Santiago Silva, amigo de la lucha y del juego bruto, perdió todas las pelotas que tocó. Y Arsenal, que fue apenas mejor, encontró en Nicolás Aguirre a un conductor. Fue el que más intentó e incomodó a la defensa Xeneize.
Que iban a los penales estaba cantado. Y ahí el mejor fue Arsenal, que ganó 4 a 3.
Tras el partido, el técnico Gustavo Alfaro dijo: "La verdad que los muchachos han hecho entrar otra vez a Arsenal en la historia". Y analizó: "En los 90 minutos fuimos superiores y recién en los penales llegó la justicia. Jugar una final la juegan los que han ganado cosas importantes, más allá de que en la actualidad no estamos haciendo un buen torneo".
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