La Selección argentina fue derrotada por 21 a 5 ante Nueva Zelanda, por el Rugby Championship. El equipo de Phelan hizo un muy buen partido.
Dieron una lección de cómo plantarse ante un rival superior. Sin miedo. Argumentaron su lugar entre los grandes con buen juego y coraje. Aunque no ganaron, Los Pumas le jugaron de igual a igual al mejor equipo del mundo. Y, por momentos, lo sacudieron. Al final, fue derrota por 21 a 5 ante los All Blacks, por la tercera fecha del Rugby Championship, en Wellington.
El partido se jugó ante un clima complicado: mucho viento, algo de lluvia, cancha rápida y suelo inestable. El panorama seguramente favoreció al equipo de Phelan. Los All Blacks, que venía de pasar por arriba a Australia, se mostró incómodo para desplegar su juego. En la primera parte, Cruden abrió el marcador con una patada pero Rodrigo Roncero, con una gran aparición, marcó try para ponerse en ventaja. La Argentina no pudo aguantar del todo la ofensiva del rival y cometió penales, con los que Nueva Zelanda se puso arriba en el marcador.
En el complemento y con el viento a favor, a la Argentina le costó tomar el dominio del partido, pero dio una clase de defensa. Fue puro corazón y tackle ante un equipo con enormes variantes para atacar. Nueva Zelanda es el mejor equipo del mundo y lo demostró con el nivel de sus jugadores como Manonu, Piri Weepu o Savea, que marcó el try de los All Blacks recién a los 25 minutos de la segunda parte. Cory Jane estiró el marcador.
Hasta ahora, el conjunto de Phelan se mantiene con la frente en alto en el Rugby Championship. Hoy, ante Nueva Zelanda, hizo un gran partido. Aunque sobre el final se vio sobrepasado por el poder ofensivo del último campeón del mundo, cumplió con el papel que le correspondía. Son pequeños detalles (no fallar en las patadas, no hacer penales, etc) que lo marginan de soñar con una victoria. Sin dudas, este es el camino para ilusionarse.
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